Cuando nos damos cuenta que las prisas y los horarios
nos producen estrés, tomamos conciencia de ello y respiramos
lentamente para contrarrestar, para que nos afecte poco...
Nos lleva al cambio,
a relajar los tiempos en nuestra vida, en nuestro trabajo, actividades,... vamos desacelerando y priorizando,
sintiendo lo que quiero hacer en este momento, en el ahora,
cómo quiero y en qué quiero invertir mi tiempo, en compromisos, en idas y venidas. O en mi misma, en lo que quiero hacer, en dedicarme a disfrutar de lo que realmente me apetece hacer en ese momento, una tarde escuchando el silencio, la Naturaleza, los pajaritos, una mañana de gimnasio o de estudio, un paseo con la persona amada, una mirada, un beso, una canción, un paseo por la sierra con Estrella y/o con amig@s, un viaje a Formentera, Berlin, Bali, Marrakech, Estambul, Grecia, la Vega Lunada en el Valle del Sueve, Camino de Santiago en Jardín Botánico de la Rioja y en nada a India, un bansuri, un concierto de cuencos de José Manuel, tardes de poesía, de Poética2.0, días en familia...
Pequeñas cosas que son grandes momentos en mi vida.
Desacelerando mi tiempo.
Acelero mi vida.
Al encuentro de UNA misma,
escuchándome, sintiéndome, relajándome en mi tiempo libre,
seré capaz de afrontar la realidad de una semana de trabajo y estudio con más energía.
Templo Pura Uluwatu en Bali, construido en el siglo X
sobre el Océano Indico para protección ...
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